Convocatoria

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La producción del espacio en el siglo XXI. Luchas de poder, el poder de las luchas


En la línea de los trabajos pioneros de Henri Lefebvre, somos numerosos y numerosas quienes analizamos el espacio como “una relación social inherente a las relaciones de propiedad y a las fuerzas productivas” (1974). En ese sentido, el espacio es a la vez producto y productor de los hechos sociales. El estudio de su producción dentro de un contexto geográfico e histórico permite analizar, a la vez, el estado de los conocimientos, las ideologías, las representaciones y las prácticas que en él transcurren, así como el estado de las técnicas y de las tecnologías. A su vez, de las maneras en las cuales se acomodan las relaciones entre el trabajo (asalariado, social, doméstico), el Estado y el Capital, de las acciones y procesos que reproducen las desigualdades, permite analizar las formas en las que se trata a la naturaleza o en las que los grupos sociales se organizan en búsqueda de la emancipación colectiva.
Las propuestas abiertas por Henri Lefebvre conciernen a los espacios rurales y urbanos, a las relaciones entre los territorios y la circulación del Capital, a la crítica radical de la alienación, del Estado y de la vida cotidiana, así como a las luchas por la apropiación de la ciudad. Dichas propuestas siguen siendo estimulantes en el siglo XXI y nos invitan a analizar las tensiones entre la producción capitalista del espacio y las formas en que quienes lo habitan se resisten a ella, o incluso la sustituyen por una producción autogestionada de sus territorios y lugares de vida. El derecho a la ciudad se ejerce entonces, tanto a través de las luchas que surgen como de las resistencias y autonomizaciones que van marcando el ritmo de la vida cotidiana, que ensayan otras relaciones sociales para producir espacios diferentes.
Hoy día, movilizamos las propuestas “lefebvrianas” no para reverenciar la genialidad de un ilustre, sino para alimentar nuestras reflexiones con ellas, señalando sus límites, renovándolas, hibridándolas con otras guías de lectura. Es dentro de esta perspectiva que han trabajado las y los participantes de los tres primeros eventos de la Red Internacional de Estudios sobre la Producción del Espacio (RIEPE) y que se inscribe el coloquio de Lyon y Saint-Étienne que tendrá lugar en el verano del 2023. Este mismo coloquio motivo la creación de un seminario de iniciación a Lefebvre para los doctorantes de dichas universidades.
Los enfoques materialistas del espacio resultan ser también marcos conceptuales en los que se ha vuelto a trabajar para tomar en cuenta nuevos retos. Nos parece que cuatro de ellos se destacan particularmente en este comienzo del siglo XXI.

  • En primer lugar, nuevas lógicas capitalistas hacen aparición constantemente. Hoy día, las políticas urbanas neoliberales son cada vez más autoritarias, y el desencajamiento de losfalsos semblantes democráticos se ha vuelto palpable, lo que se traduce en la intensificación de mercantilización de espacio, con nuevas interrelaciones de actores, nuevas espacializaciones del Capital, nuevas formas de control de violencia y de alienación. Así, por neoliberalismo autoritario nos referimos a la recomposición mayor del papel del Estado en su relación con el capitalismo. Esto no significa una retirada del Estado frente a las fuerzas del mercado, sino una recomposición de las lógicas y modos de intervención del Estado al servicio del mercado. El núcleo del proyecto estatal es ahora imponer el mercado y la competencia como principios organizativos para todos los sectores de la vida social, incluidos aquellos que las fuerzas progresistas y los contrapoderes que actuaron en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial habían conseguido emancipar parcialmente de la lógica capitalista (seguridad social, vivienda social, sanidad, educación). Este Estado, cuyas élites están vinculadas o incluso entrelazadas con las del Capital, impone su proyecto político a sus ciudadanos de forma autoritaria y, si es necesario, reprimiendo violentamente la protesta social. La “revolución digital” juega un rol particular en estos procesos, poniendo su tecnología al servicio de las tentaciones autoritarias de los gobernantes y de los sueños de grandeza de los capitalistas.
  • En segundo lugar, la catástrofe ecológica en curso no permite más el quedarse inactivos ni en nuestras investigaciones ni en nuestras luchas, sobre las dimensiones ambientales, climáticas o sanitarias de la producción del espacio. Sobre este último plano, la pandemia de Covid-19, aún presente, vino a recordarnos que las principales víctimas de las crisis sucesivas y sobrepuestas son siempre los más vulnerables. Las y los habitantes de los territorios más pobres — los, así llamados, países del Sur, los barrios pobres de las ciudades del Norte — han sido las más afectadas y afectados, tanto a nivel de su salud (menor acceso a la vacunación, aumento de la precarización del trabajo y nuevas formas de explotación, como es el teletrabajo) que al de sus medios materiales (pérdida de ingresos, condiciones de hacinamiento en la vivienda).
  • En tercer lugar, estos procesos se confrontan con nuevas resistencias, que evolucionan en sus lemas, en sus herramientas teóricas y en sus modos de acción. El aumento en la fuerza de los procesos y razonamientos interaccionales que ligan las cuestiones de clase a las de raza y género, la evolución de los feminismos, de los antirracismos, de los movimientos decoloniales o de diversas tendencias de la ecología política, interrogan directamente la producción del espacio tanto como objeto de estudio como problemática y medio de lucha, justo en donde los enfoques marxistas clásicos identifican a la clase obrera como la fuerza social capaz de dirigir la transformación del orden social.
  • En cuarto lugar, el trabajo de investigación está atrapado en las diferentes dinámicas precitadas. Los mundos académicos y militantes no son impermeables y los trabajos situados y comprometidos forman un puente esencial. Sin embargo, las ciencias sociales encuentran, en casi todos lados del mundo, dificultades para afirmar una postura crítica, autónoma respecto a los actores dominantes de la producción del espacio (territorios administrativos, Estado, compañías de urbanismo y de la construcción), principalmente en razón de las modalidades de financiamiento de la investigación. Esta postura es más delicada en ciertos países, en ciertas disciplinas, a propósito de ciertos temas y especialmente cuando se tiene un estatus precario.

Estos cuatro grandes enfoques conciernen tanto las investigaciones como las luchas sobre los espacios urbanos — trátese de las ciudades que están en el corazón de los procesos de metropolización o de decrecimiento urbano o de los suburbios densos o periurbanos o bien de los espacios rurales, ya sean estos cultivados o naturales, en conflicto con los industriales de la agricultura o del turismo —. Estas tipologías de los espacios, de la misma forma que los aspectos temáticos, tienen la particularidad de encarnarse de maneras contrastadas dentro y alrededor de las dos ciudades en donde el coloquio se llevará a cabo: Lyon y Saint Étienne.
Por un lado, esta convocatoria se dirige a aquellas y aquellos que deseen proponer nuevos elementos de diagnóstico que permitan pensar y documentar los diferentes aspectos de la producción capitalista del espacio en el siglo XXI. ¿Qué elementos y problemáticas sociales, ambientales, económicas y políticas trabajan hoy por hoy la producción del espacio? ¿Qué actualizaciones de las herramientas conceptuales y metodológicos suscitan? Por otro lado, la convocatoria invita a la elaboración de propuestas sobre las dimensiones espaciales de las resistencias y de las alternativas al capitalismo ¿Cómo las dinámicas ideológicas y materiales, que  atraviesan a los movimientos sociales, llevan a repensar el espacio como relación social? ¿Cómo esta utilizado como reto, objeto o medio de lucha al seno de dichos movimientos o de nuestro cotidiano? Estas dos grandes dimensiones, y las tensiones entre las dos, son transversales a los ejes temáticos de esta convocatoria. Toda propuesta en sintonía con los objetivos del coloquio pero que no encontrara su lugar, a priori, en esta partitura, es igualmente bienvenida.
No hemos apostado por proponer ejes basados en la diversidad de los sujetos dominados para estimular los enfoques transversales. Por lo tanto, no hay entradas específicas para la clase social, el feminismo, las luchas LGBTQI+, los grupos racializados o las personas con discapacidad, pero son objetos totalmente bienvenidas para ponencias en los siguientes ejes. Esperamos que esta estrategia invite a cuestionar la complejidad de las relaciones sociales situadas en una sociedad urbana global, cuyo carácter alienante se manifiesta, entre otras cosas, por el aislamiento de las diferencias sociales y sus puestas en competencia.

Ejes temáticos

Eje 1. Mercantilización del espacio

El espacio no es un simple producto para el consumo, incluso si en ocasiones se le concibe, antes que nada, dentro de una lógica mercantil. “El espacio no es producido como un kilo de azúcar... El espacio es una relación social inherente a las relaciones de propiedad y a las fuerzas productivas. Producto que se consume, pero también medio de producción. No puede separarse ni de las fuerzas productivas, de técnicas o de saberes, ni de la división del trabajo social que lo moldea, ni de la naturaleza, ni del Estado y de las superestructuras”1. El espacio es una condición estructural de la producción (en tanto que soporte de los flujos materiales y de mano de obra) y una mercancía.
La problemática de la mercantilización del espacio puede ser analizada en los espacios urbanos, pero también en los espacios rurales. Ésta se formula de una nueva manera en el comienzo del siglo XXI, por varias razones. En primer lugar, porque el capitalismo se encuentra en un estado de transformación perpetua, y uno de los principales aspectos de sus recientes transformaciones es la intensificación de la urbanización del mundo y un reescalamiento de estos procesos, como la metropolización. En segundo lugar, el turismo también se ha convertido en uno de los mayores agentes de la globalización y de la urbanización, siendo simultáneamente una
solución cada vez más utilizada para resolver las contradicciones del Capital. Así, la crisis de 2008 se resolvió en gran medida invirtiendo en la turistificación del mundo. Por último, esta aceleración de la urbanización del mundo se explica también por el desarrollo de un capitalismo financiarizado. Está financiarización se refleja en el aumento del poder de nuevas categorías de actores (banqueros de inversión, gestores de fondos de inversión) y de nuevos instrumentos (financieros y jurídicos) que hacen del entorno urbano un sector de acumulación cada vez más importante. Esta creciente financiarización también está avanzando a través de la conversión de los actores públicos (autoridades locales en particular) a los estándares y valores de los actores financieros, ya que éstos últimos se apoderan de partes cada vez más grandes de las ciudades, particularmente de la propiedad terciaria pero también cada vez más de la vivienda. Además, las finanzas también apoyan a megaproyectos extractivos o inmobiliario-turísticos en zonas rurales del Sur, participando en procesos de despojo de tierras comunes similares a los vividos en Europa en el siglo XVII.
La financiarización y el neoliberalismo autoritario amplifican el proceso de mercantilización del espacio, que ve en cualquier edificio o terreno un potencial de acumulación a través de la renta del suelo. Dichos procesos se suman e hibridan con múltiples modalidades de comercialización del espacio -gentrificación, turistificación, marketing territorial, urbanismo transitorio- cuyos entrelazamientos impiden entender claramente cómo se conforma el paisaje económico de un capitalismo urbano contemporáneo, en el que el valor de uso del espacio es siempre aplastado por el valor de cambio. ¿Cómo documentarlo, analizarlo, encontrar las lecturas y los métodos adecuados para describirlo y comprenderlo? Obstáculos mayores del derecho a la ciudad, poderosos, o percibidos como tales, estas modalidades del neoliberalismo urbano cuestionan a los movimientos sociales urbanos que buscan las herramientas adecuadas para luchar contra ellas. ¿Cómo podemos organizarnos en su contra, identificarlas y hacerlas accesibles, cuando pueden parecer aplanadoras que desprecian a las resistencias locales?


Eje 2. ¿Derecho a la Naturaleza?


Si bien en Francia ciertos enfoques críticos evitan hablar de Naturaleza, dado el peso de la herencia cartesiana que la separa de lo humano, no es así como lo utilizaba Lefebvre. En su concepción materialista del mundo, La Naturaleza se entiende más bien como una totalidad en movimiento.
Las propuestas de Lefebvre sobre la producción del espacio tienen una resonancia particular en un contexto de crisis ambiental, cambio ambiental global, (sobre)consumo y (re)producción ambiental. En este contexto, captado a veces a través del concepto de capitaloceno, se han redescubierto las aportaciones de Lefebvre sobre la naturaleza, después de haber sido objeto de fuertes críticas.
La crítica a un capitalismo destructivo y sin límites está bien presente en los escritos de Henri Lefebvre, aunque sería exagerado considerarlo como un pensador ecologista: "El capitalismo destruye la naturaleza y arruina sus propias condiciones, preparando y anunciando su desaparición revolucionaria"2. La relectura de las cuestiones medioambientales desde Lefebvre puede verse como una continuación del análisis marxiano de la falla metabólica, insistiendo en la dialéctica naturaleza-sociedad sometida a la alienación de la acumulación capitalista. Las circulaciones de este enfoque se encuentran, en parte, en los trabajos en torno al socio-ecologicalfix, aunque esta genealogía no siempre se identifica claramente y a veces beneficia a otros autores como David Harvey o Erik Swyngedouw.
Tras el derecho a la ciudad, una serie de trabajos se interesan por el derecho a la naturaleza, proponiendo un derecho a la tierra, derecho al mar, un derecho al litoral, un derecho a la playa o un derecho al lago. Estas investigaciones se refieren a veces a cuestiones de justicia medioambiental, a veces a cuestiones de acceso a determinados espacios, conflictos e incluso luchas. ¿Qué puentes existen entre el derecho a la ciudad y el derecho a la naturaleza? ¿Son necesarias las adaptaciones de las propuestas urbanas de Lefebvre para repensar los vínculos entre la producción del espacio y el medio ambiente? ¿En qué sentido el "derecho a" es un concepto fructífero, en un momento en que su difusión revela también una cierta moda acompañada de una despolitización?


Eje 3. Endurecimiento del control


El joven siglo XXI está marcado por la profundización del capitalismo autoritario, que se refleja en muchos contextos, así como en formas de extensión y/o endurecimiento del control espacial ejercido por los poderes públicos. El papel del control en la producción del espacio se encuentra reforzado, lo que nos invita a proponer una línea de pensamiento propia sobre esta cuestión, que debemos comprender en sus múltiples dimensiones, desde el control espacial generalizado y permanente (a través, por ejemplo, de las cámaras de videovigilancia que cubren cada vez más los espacios urbanos) hasta el control más específico de los espacios catalogados como peligrosos, ya sea porque están marcados por la concentración de clases trabajadoras o por la presencia de grupos militantes, o por su ubicación en los márgenes de un espacio estatal (los departamentos de ultramar en particular); del control mediante una simple presencia policial "clásica" hasta el que moviliza las nuevas tecnologías digitales, o incluso las técnicas y armas (casi) militares, algunas de las cuales han sido heredadas de los periodos de gestión colonial, estas estrategias se siguen movilizando para reprimir los espacios de la clase trabajadora y, en particular, a los grupos racializados que se encuentran en ellos.
Se trata también de analizar las resistencias y movilizaciones que se construyen ante la intensificación y las transformaciones del control socioespacial. Así, podemos analizar, por ejemplo, la aparición de estrategias y tácticas de circulación o apropiación del espacio mediante las cuales los individuos o activistas intentan escapar, cotidianamente, de estas formas de control espacial; la estructuración de nuevas luchas ante el creciente uso de tecnologías de control digital por parte de los gobiernos urbanos; las movilizaciones contra la violencia policial y las políticas de seguridad que se despliegan en gran medida desde los barrios populares.
La creciente represión de las movilizaciones en muchos contextos nacionales o locales, incluso dentro de los regímenes políticos (auto)designados como democracias, también conduce a la hipótesis de que ciertas movilizaciones y resistencias se adaptan a este contexto buscando hacerse menos visibles y menos audibles para "volar bajo el radar" del control y del poder. Esto nos incita a observar formas de resistencia poco visibles y poco articuladas en la escena pública, "infrapolíticas", analizando sus dimensiones y estrategias espaciales. En esta perspectiva, podemos, por ejemplo, analizar el modo en que el espacio y el anclaje espacial pueden constituir recursos de emancipación para los grupos subalternos que viven en centralidades populares.


Eje 4. Cuando lo digital produce el espacio

La producción del espacio está vinculada a la industria. Sus renovaciones son generadas especialmente por la evolución de los actores industriales y de sus tecnologías. El carbón y el petróleo condicionan el desarrollo de los territorios. En los últimos treinta años, la tecnología digital también ha dejado su huella. Desde GAFAM hasta NATU3, las transnacionales digitales están dibujando los territorios a su medida, a través de su ingeniería, infraestructura y servicios.
Los ejecutivos de estas empresas encarnan el arquetipo de población que las iniciativas de atracción territorial pretenden atraer, mientras que surge un nuevo proletariado compuesto por repartidores, choferes y trabajadores del sector del "click" y de la logística, muchos de los cuales trabajan a destajo (en la gigeconomy) que resurge de forma masiva.
La creación y gestión de yacimientos de datos personales sirven tanto a los intereses económicos de las redes urbanas, las inmobiliarias y las aseguradoras, así como a las fantasías de control de los dirigentes políticos. Así, el negocio de la vigilancia tapiza los lugares de "soplones digitales", que rastrean nuestros movimientos, nuestros intercambios, nuestro consumo, nuestras caras o nuestras posturas físicas. Los algoritmos, desarrollados tanto por el capitalismo financiero como por los bancos del sector inmobiliario, guían la selectividad espacial del capital para determinar dónde invertir, dónde instalarse, qué destruir o qué comprar, reproduciendo o amplificando así poderosas dinámicas segregadoras. Del otro lado de la lucha de clases, los
colectivos hacen frente a la vigilancia o se apoderan de las herramientas digitales a través de procesos de emancipación colectiva, apoyándose en los medios informáticos para organizarse, documentar fenómenos o informar.
Todos estos cambios nos invitan a considerar el modo en que la "revolución digital" reproduce o renueva la circulación del capital y las formas de trabajo, así como los procesos de producción de espacios, sus dimensiones materiales y simbólicas, junto con las relaciones sociales que se tejen en ellos y las formas de dominación, dependencia y enajenación que ejerce la tecnología digital en la vida cotidiana. Se podría imaginar entrar en materia centrándose en los actores, los lugares y las relaciones sociales singulares para mostrar cómo estos son (re)trabajados por la informatización del mundo. El trabajo también podría centrarse en la resistencia al e-capitalismo (movilizaciones contra Airbnb, Uber, Amazon, etc.) o en el uso de herramientas digitales por parte de los actores para liderar las luchas urbanas. Por último, podremos debatir el modo en que nuestros planteamientos teóricos deben renovarse para integrar la influencia de lo digital en nuestros objetos de estudio.

 

Eje 5. Investigación y transformación social

Henri Lefebvre denunció el carácter más ideológico que científico de ciertas disciplinas como el urbanismo, las preocupaciones burguesas que pueden condicionar muchas otras, como la sociología, o el papel de ciertas instituciones de formación en la reproducción de las élites o la formación de tecnócratas. Pero entonces, ¿qué ciencia para qué proyecto social? Henri Lefebvre anunciaba un proyecto: "la investigación y el pensamiento se orientan hacia la acción y el devenir"4.
El primer paso para una propuesta de este tipo es, por supuesto, garantizar la calidad del pensamiento producido. En este sentido, Henri Lefebvre fue un gran dialécticiano que nunca dejó de luchar contra el dogmatismo, en particular buscando la descompartimentación de todos los sistemas de pensamiento. Este rigor metodológico se basaba en el pensamiento materialista, que nunca dejó de perfeccionar para superar la filosofía, que él definía como idealista5. Esto anunció el éxito teórico de La Producción del Espacio, pues más que una teoría cultural de la conformación del moldeo del espacio es también de facto una teoría del conocimiento que sitúa a los sujetos sociales -y a sus pensamientos- en el espacio y el tiempo, por lo tanto, contingentes a sus contextos sociales. Al proponer una comprensión social del espacio, rellenó el vacío teórico
existente entre la realidad física experimentada y las abstracciones mentales producidas por los
grupos humanos a través de la actividad social.
Este método materialista subraya la importancia de la articulación entre la teoría y la práctica, tanto para evitar la sacralización de las ideas como para producir conocimientos provenientes de la observación del mundo para transformarlo. Esto nos lleva a plantear esta pregunta fundamental, que atraviesa los ejes ya mencionados: ¿cómo puede ser útil la investigación para los movimientos sociales y la transformación social? Además, aceptando la crítica a la razón absoluta y al idealismo liberal, ¿no deberíamos cambiar el enfoque y, por tanto, ya no investigar sobre una población, sino desde la situación que vive? Por otra parte, en lugar de aislar las identidades sociales y encerrarlas en sus luchas particulares, ¿no deberíamos reconocer que el entorno urbano produce diferencias y, por tanto, que es esencial combinar el derecho a la ciudad con el derecho a la diferencia? ¿Cuáles son las necesidades comunes de los grupos dominados, ya sean de clase, de género o de minorías étnicas? ¿Cuáles son las posibles convergencias y el papel de la producción de inter-conocimiento en estos procesos? ¿Qué formas de coproducción del conocimiento pueden establecerse entre la universidad y los grupos de activistas, entre los propios sujetos sociales?
Por lo tanto, invitamos a presentar ponencias sobre cómo investigamos, sobre el papel de la investigación en la transformación social y sobre la relación entre la ciencia y la sociedad, pero también sobre la facilidad o dificultad de nuestras instituciones para desarrollar métodos participativos, para hacer investigación-acción o para producir un conocimiento abiertamente radical. Evidentemente, estas preguntas no son nuevas en sí mismas, pero las transformaciones del mundo de la investigación nos incitan a plantearlas de nuevo, porque si la profundización del capitalismo autoritario transforma los modos de producción del espacio, también trastorna los modos de producción de la investigación. Qué decir de las políticas neoliberales de la educación superior y de la investigación, que refuerzan la precariedad de las y los investigadores, del personal de apoyo a la investigación y de las y los estudiantes, organizando la escasez de recursos (humanos, financieros, pero también en términos de tiempo disponible para la investigación), reorientando los financiamientos hacia los trabajos designados como "útiles para la sociedad y las empresas", y deslegitimando o incluso criminalizando a las y los investigadores que movilizan enfoques críticos en nombre del carácter supuestamente "militante" y "no neutral" de sus análisis ¿Cómo podemos resistir a estas limitaciones institucionales y a los esfuerzos emprendidos de desestabilización cada vez más fuertes? ¿Cómo, a pesar de -o incluso fuera de- este marco de
acción, podemos construir una investigación que sea útil para la transformación social?

 

Eje 6. Propuestas libres y abiertas

Toda propuesta que no se inscriba en alguno de los cinco ejes temáticos presentados será, no obstante, bienvenida, siempre y cuando se inscriba en el tema genérico del coloquio, es decir, la producción del espacio en el siglo XXI vista a través de enfoques críticos. Las propuestas libres y abiertas pueden referirse, por ejemplo, a la actualización de determinados conceptos u obras de Henri Lefebvre, siempre y cuando los trabajos deben ser originales, es decir, deben ofrecer una lectura rigurosa, basada en una metodología interpretativa. Los trabajos que se parezcan a reseñas o a hojas de lectura de los libros de Henri Lefebvre serán rechazados.

No se espera que las propuestas provengan de "especialistas" en Henri Lefebvre, o que se basen fundamentalmente en su obra y sus conceptos. Cualquier propuesta, siempre que aborde críticamente la producción del espacio en el siglo XXI, es bienvenida, sean cuales sean los enfoques conceptuales y teóricos propuestos o debatidos. Más allá de la gran diversidad de enfoques críticos, éstos se entenderán aquí en el sentido muy general de las perspectivas en las que consideran centrales las cuestiones de la desigualdad y de las relaciones estructurales de poder, así como los enfoques "radicales" entendidos como aquellos que remontan a las raíces y a las estructuras de producción de estas desigualdades y relaciones de poder y, desde este punto de vista, cuestionan tanto los fenómenos espaciales como las herramientas intelectuales movilizadas
para comprenderlos.



[1] Lefebvre, H. (1974). La production de l’espace Paris : Anthropos.

[2] Lefebvre, H. (1972). Espace et politique : le droit á la ville II. Paris : Anthropos.

[3] GAFAM : Google, Apple, Facebook, Amazon et Microsoft ; NATU : Netflix, Airbnb, Tesla et Uber.

[4] Lefebvre, H. (1972). Espace et politique : le droit á la ville II. Paris : Anthropos.

[5] Lefebvre, H. (1970). Le manifeste différentialiste, Paris : Gallimard.

 

 

Proponer una ponencia

Envío de propuestas: antes de la medianoche del 30 de noviembre de 2022 (CEST).

Las propuestas deberán presentarse en un documento de Word. El formato debe ser Times New Roman 12, a un solo espacio.


En la parte superior del documento debe indicarse: nombre completo, institución o grupo al que se refiere la propuesta y una dirección de correo electrónico.


A continuación, el título de la propuesta debe escribirse en negrita, y luego, debajo de la línea, las palabras clave (5 como máximo), y a continuación el eje en el que se inscribe la propuesta.


Las propuestas de ponencias deberán desarrollarse y condensarse en resúmenes de un mínimo de 3.000 y un máximo de 4.000 caracteres, incluidos los espacios, pero sin incluir la bibliografía.


Las propuestas deben estar escritas en uno de los dos idiomas que también serán las lenguas de comunicación durante la conferencia: español o francés (estará organizada la traducción simultánea).


En caso de no contar con una tendrán que crear previamente una cuenta sciencesconf. Para ello, se ha puesto a su disposición un documento indicativo (Guía para depositantes).

 

Modalidades de presentación y otras proposiciones

Además de las clásicas comunicaciones científicas individuales, son posibles múltiples dispositivos de intervención (mesa redonda, debate contradictorio, simposio) que deben justificarse (elección de los ponentes, problemática de la sesión, etc.)

El comité organizador recibirá con agrado propuestas de medios de comunicación alternativos, documentales o determinadas prácticas de investigación, así como propuestas artísticas o actuaciones, especialmente para amenizar las veladas de la conferencia. Por otra parte, es necesario prever el carácter bilingüe de las reuniones.
El coloquio también incluirá propuestas de paseos guiados por Lyon y Saint-Étienne para plasmar una lectura lefebvriana de estas dos ciudades, así como propuestas de visitas fuera de la ciudad. Estas actividades permitirán descubrir las iniciativas locales y de los habitantes, especialmente los espacios ocupados y autogestionados, los colectivos en lucha, etc.

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